VATICANO,
Tras la Misa de la solemnidad de Pentecostés, el Papa Francisco se dirigió al Palacio Apostólico del Vaticano para rezar el Regina Coeli ante la presencia de más de 20 mil fieles que le escuchaban desde la Plaza de San Pedro.
El Papa Francisco recordó que en la solemnidad de Pentecostés "celebramos la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, que tuvo lugar cincuenta días después de la Pascua".
A continuación, el Papa Francisco explicó que, en primer lugar, el Espíritu Santo "enseña" y "nos ayuda a superar un obstáculo que se presenta en la experiencia de la fe: el de la distancia".
"Puede surgir la inquietud de que hay mucha distancia entre el Evangelio y la vida cotidiana. Jesús vivió hace dos mil años, eran otros tiempos, otras situaciones, y por eso el Evangelio parece ya anticuado, inadecuado para hablar a nuestro hoy con sus exigencias y sus problemas", dijo el Santo Padre.
"También se nos plantea esta interrogante: ¿qué puede decir el Evangelio en la era de Internet y de la globalización? ¿Cómo puede impactar su palabra?", se preguntó el Papa Francisco.
A partir de estas preguntas, el Papa señaló que "el Espíritu Santo es especialista en acortar las distancias; nos enseña a superarlas. Es Él quien conecta la enseñanza de Jesús con cada tiempo y cada persona".