VATICANO,
Este domingo 29 de mayo, el Papa Francisco presidió el Regina Coeli desde la Plaza de San Pedro ante numerosos fieles provenientes de diferentes países del mundo.
El Santo Padre reflexionó acerca del Evangelio de San Lucas y recordó que hoy en muchos países se celebra la Ascensión del Señor, "su regreso al Padre" y destacó que, antes de hacerlo, primero "anuncia el don del Espíritu y luego bendice los discípulos".
A continuación, el Papa Francisco explicó que Jesús "habla del Espíritu Santo, el Consolador, el que los acompañará, los guiará, los apoyará en su misión, los defenderá en las batallas espirituales" y aseguró que "Jesús no abandona a los discípulos".
"Sube al cielo, pero no nos deja solos. Al contrario, precisamente al ascender al Padre asegura la efusión de su Espíritu", señaló.
"El amor de Jesús por nosotros también se puede ver en esto: la suya es una presencia que no quiere restringir nuestra libertad. Al contrario, nos hace un espacio, porque el verdadero amor siempre genera una cercanía que no aplasta, no es posesivo, es cercano pero no posesivo, sino que nos hace protagonistas"', dijo el Papa a continuación.
El Santo Padre explicó que, al subir al cielo, "Jesús, en lugar de permanecer cerca de unos pocos con su cuerpo, se hace cercano a todos con su Espíritu. El Espíritu Santo hace presente a Jesús en nosotros, más allá de las barreras del tiempo y del espacio, para que seamos sus testigos en el mundo".