Hoy el pueblo de Ecuador recuerda de forma especial a la Virgen María, quien en la advocación de Nuestra Señora de la Merced intercedió hace más de 200 años para que el país lograra su independencia.
El 24 de mayo de 1822, el ejército independentista dirigido por el Mariscal de Ayacucho, el venezolano Antonio José de Sucre, venció al ejército realista en la Batalla de Pichincha, logrando un paso importante en su independencia de la corona española.
El enfrentamiento se realizó en las faldas del volcán Pichincha, ubicado cerca de Quito, actual capital de Ecuador, en el marco de las guerras de independencia hispanoamericanas, a inicios del siglo XIX.
Según recordó el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Ecuador, la victoria se dio gracias a que el Mariscal Sucre pidió "la protección a la Madre de Dios, la Virgen María de La Merced, para alcanzar la libertad de nuestro pueblo" y le ofreció a la Madre de Dios "la espada libertaria".
Sucre cumplió su promesa "trasladando la sagrada imagen [de la Virgen de la Merced] desde su templo a la Iglesia Catedral de Quito, donde pone en sus manos la Espada de la Libertad", agregó.
Hoy en día, la icónica imagen de piedra de la Virgen de la Merced, cuyo origen se remonta a 1527, lleva en una mano la espada libertaria y yace en el altar mayor de la Basílica de la Merced de Quito.