"El problema es que detrás de todo esto no solo está una falta de respeto a los creyentes, sino que esconde la burla y el odio de Satanás a todo lo que es santo, especialmente a la Virgen María".
"Posiblemente, en su frivolidad, no se dan cuenta que fungen como instrumentos del demonio", advirtió.
Para el P. Valdemar, "es importante hacer pública nuestra indignación", pues "hacer presión pública les hará ver que burlarse de lo sagrado tiene un costo y que deben tener respeto por la fe de los creyentes".
Por su parte, el P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma y catedrático de la Universidad Panamericana en Ciudad de México, dijo a ACI Prensa que "más que tratarse de una mentalidad ofensiva o agresiva frente al catolicismo, se trata de una superficialidad propia de los tiempos que estamos viviendo".
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Esta "superficialidad", continuó, lleva a que se tomen "los objetos religiosos sagrados como un elemento más en la estética".
"Se reconoce el valor artístico que tienen los elementos sagrados, pero despojados de todo su sentido sobrenatural", lamentó.
"En el vestido de novia, claramente hay una falta de pudor", continuó. "El problema es que la cultura contemporánea ya no entiende lo que es, lo que se llama pudor", dijo.
El P. Arroyo señaló que "como católico y como muy devoto de la Virgen, persona que quiere mucho a la Virgen, pues me da un poquito de pena que se banalice la imagen de la Virgen como elemento decorativo de una boda" de Kourtney Kardashian.
"Pero no encuentro una voluntad agresiva ni una voluntad maliciosa en ese hecho, sino una profunda ignorancia, una pérdida del sentido del pudor y una pérdida del sentido de lo sagrado", dijo.
Esto, señaló, "más que tratarse de una cuestión de Kourtney Kardashian, es tristemente una característica de nuestra sociedad".