Un importante médico católico señaló recientemente que "no tiene ningún sentido (...) negarse a dar la sagrada comunión en la boca" en la situación actual de la pandemia de COVID-19.
En un artículo titulado "Discronías COVID", el Dr. José María Simón Castellví, presidente emérito de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), dijo que "las misas, los sacramentos, el agua bendita, las publicaciones, se pueden administrar con seguridad y pocas molestias".
"No tiene ningún sentido eliminar el agua bendita de nuestras pilas, ni seguir recomendando ver la misa por televisión (salvo los muy enfermos o contagiados productivos), ni negarse a dar la sagrada comunión en la boca, ni eliminar el sacramento de la confesión (hay muchas soluciones imaginativas posibles para que la audición sea segura), ni evitar hacer un gesto de paz o inclinación cuando toque", señaló.
El médico católico precisó que "la Iglesia atiende a las personas una a una, personalmente".
"Hay actos comunitarios pero algunos son de una persona cada vez. La comunión es para todos y cada uno (si están debidamente dispuestos), no es una efusión general, es algo de persona a persona", señaló.
A medida que los casos han ido disminuyendo tanto en número como en gravedad, diversos países han ido retirando restricciones impuestas a sus ciudadanos. Algunos ya no exigen el uso de mascarillas en espacios públicos cerrados, y permiten el uso de lugares como los templos católicos a toda su capacidad.