MADRID,
La causa de beatificación del médico Marià Mullerat, de Santa Coloma de Queralt, dio un paso más en su camino hacia los altares cuando el Arzobispo de Tarragona, Mons. Lluís Martínez Sistach, concluyó las investigaciones del proceso arquidiocesano.
La ceremonia contó con la presencia de cuatro de los cinco hijos del doctor –Maria Dolors, Josefina, Adela y Montserrat–y de muchas personas que conocieron a Mullerat hasta su asesinato en las primeras semanas de la guerra civil española.
Maria Dolors expresó que están viviendo el proceso “con una gran emoción” y explicó que aunque sólo tenía siete años cuando fusilaron a su padre, recuerda “mucho la vida que llevábamos. Con él tuvimos un gran ejemplo”.
“En Arbeca, era el único hombre que iba a la iglesia para rezar el mes de María cuando llegaba mayo”, agregó. Asimismo, Mullerat recordó que su padre “era muy de casa, de jugar con nosotras”.
Por su parte, Mossèn Joan Siurana, quien había conocido a Marià Mullerat antes de ordenarse sacerdote en 1934, afirmó que “era un cristiano completo, íntegro”.
“Habíamos pasado muchas horas juntos, e incluso me había atendido como médico cuando enfermé de paperas. Era una persona agradable, con gancho. Es natural, porque un cristiano completo siempre resulta atractivo para los demás. Al llegar a Arbeca enseguida se convirtió en una persona muy querida”, recordó Siurana, que a sus 93 años conserva una gran agilidad mental y física.