21 de noviembre de 2024 Donar
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En el día de la “Cruz de mayo”, fieles colombianos practican una antigua tradición

Crucifijo. Crédito: María Oswalt (Unsplash)

Este 3 de mayo, día de la Cruz de mayo, los fieles colombianos practican una antigua tradición conocida como el rezo de los "Mil Jesús", a la que pueden sumarse los cristianos de otros países para invocar la protección de la Santísima Cruz ante las tentaciones del demonio.

Este rezo consiste en repetir mil veces el nombre de Jesús, intercalándolo con el rezo del Gloria, el Padrenuestro y otras oraciones. Para llevar el conteo algunas personas suelen usar las cuentas del rosario y otras van marcando las repeticiones en un papel.

En conversación con ACI Prensa, el P. Jairo Ramírez, director del Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), destacó que el rezo de los "Mil Jesús" es una tradición que se reza en las familias y en las parroquias, y que "es una expresión de fe y amor al santo leño heredada de los colonos".

En Colombia, explicó, está arraigada "sobre todo en Antioquia y el eje cafetero", que abarca los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindió y parte de Tolima y el Valle del Cauca.

"En las otras regiones del país se hace la conmemoración adornando la Santa Cruz con una corona y poniendo a su lado los productos del campo, con lo que se quiere pedir que estos productos nunca falten en el hogar", añadió.

Una devoción para derrotar a las huestes del mal

Asimismo, en un artículo publicado por la Arquidiócesis de Bogotá se explica que "esta devoción consiste en invocar el nombre de Jesús mil veces para derrotar de las casas a las huestes del mal. Como testimonio del triunfo del bien sobre el mal se hace una cruz de madera o de ramos de olivo o utilizamos alguna que tengamos en casa".

Parte del rezo de los "Mil Jesús" es recitar: "Santísima Cruz, mi abogada has de ser, en la vida y en la muerte me has de favorecer. Si a la hora de mi muerte el demonio me tentare, le diré: Satanás, Satanás, conmigo no contarás ni tendrás parte en mi alma, porque dije mil veces Jesús".

En ese sentido, el artículo de la Arquidiócesis de Bogotá recuerda que el nombre de Jesús significa Salvador, y que este fue manifestado a San José a través de un ángel en sueños, y que a la Virgen María se lo dijo el Arcángel San Miguel en el momento de la anunciación.

"El poder de intervención y la majestad de este nombre es milagroso, porque está sobre todo nombre y ante el cual se arrodilla todo ser, en los cielos, en la tierra y en los infiernos", añade el artículo.

¿Cómo se rezan los "Mil Jesús"?

En el subsidio elaborado por la CEC para la Jornada Nacional de Reconciliación, que se celebra este 3 de mayo, se explica que para el rezo de los "Mil Jesús" se debe contar con una cruz de madera o de ramos de olivo, dos cirios o velas, la Biblia y agua bendita. Luego se procede de la siguiente manera:

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Canto: Tú reinarás…

Invocación inicial: "Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén".

Luego se hace el acto de contrición y se reza el Padrenuestro.

Al empezar cada centena se lee un texto bíblico.

Seguidamente se dice: "Santísima Cruz, mi abogada has de ser, en la vida y en la muerte me has de favorecer. Si a la hora de mi muerte el demonio me tentare, le diré: Satanás, Satanás, conmigo no contarás ni tendrás parte en mi alma, porque dije mil veces Jesús".

Luego se pasan las cuentas del rosario diciendo "Jesús" hasta completar cien repeticiones.

Posteriormente se reza el Gloria, el Padrenuestro y la oración: "Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos, que, por tu Santa Cruz, redimiste al mundo".

Al concluir las diez centenas se reza la oración al Cristo Negro de Bojayá:

"Oh Cristo negro de Bojayá, que nos recuerdas tu pasión y muerte; junto con tus brazos y pies te han arrancado a tus hijos que buscaron refugio en ti.

Oh Cristo negro de Bojayá, que nos miras con ternura y en tu rostro hay serenidad; palpita también tu corazón para acogernos en tu amor.

Oh Cristo negro de Bojayá, haz que nos comprometamos a restaurar tu cuerpo. Que seamos tus pies para salir al encuentro del hermano necesitado; tus brazos para abrazar al que ha perdido su dignidad; tus manos para bendecir y consolar al que llora en soledad.

Haz que seamos testigos de tu amor y de tu infinita misericordia. Amén".

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Luego se recita la oración final: "Oh, Dios, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

Finalmente se da la bendición con el agua bendita.

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