REDACCION CENTRAL,
El Cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, celebró una Misa este sábado en la Catedral de Milán con motivo de la beatificación de los Siervos de Dios italianos, Armida Barelli y el P. Mario Ciceri.
"La santidad es esto: seguir la estela del perfume de Cristo. Para el Beato Mario Ciceri fue la vocación al ministerio sagrado; para Armida Barelli fue la vocación al apostolado laical", dijo el Purpurado en su homilía del 30 de abril.
Respecto al P. Mario Ciceri contó que este "ha sido comparado con el Santo Cura de Ars" ya que se "esforzaba diariamente por suavizar alguna angustia temperamental, mostrando en sí mismo una eficaz unión entre vida espiritual y vida pastoral, al punto que todos reconocían en él a un sacerdote que cumplía con celo y fidelidad su vocación".
"Armida Barelli también anduvo enamorada con un constante limado de su temperamento. El Beato Ildefonso Schuster decía de ella mientras la enfermedad la consumía: El Divino Rey está cincelando su joya", continuó.
"Hablando de Armida Barelli –recordó el Cardenal– Giovanni Battista Montini [Papa Pablo VI], desde el inicio de su ministerio como pastor de esta arquidiócesis, dijo que ella debería recibir los aplausos no solo de Milán, sino de Italia, por haber dejado un legado que enriquece verdaderamente las filas de la vida católica y marca el camino para la educación moderna de la juventud femenina".