VATICANO,
El Papa Juan Pablo II renovó su llamado a los fieles para que tengan una intensa vida espiritual y aseguró que con la oración personal y la participación en la liturgia se puede intuir el rostro de Cristo.
“En la liturgia y en la oración personal se nos concede la gracia de intuir aquel rostro que no podremos ver nunca directamente durante nuestra existencia terrena”, señaló el Santo Padre al presidir la audiencia general de hoy en la Plaza de San Pedro.
En su catequesis, el Papa abordó la segunda parte del Salmo 26, “Oración del inocente perseguido” y dijo que se trata, dijo, de “un canto de confianza elevado al Señor en el día tenebroso del asalto del mal”.
Según el Pontífice, en este salmo existen tres elementos simbólicos. “El primero, que es negativo, es la pesadilla de los enemigos, descritos como falsos testigos que respiran violencia. Existe, por tanto, en el mundo un mal agresivo, cuyo inspirador y guía es Satanás”.
La segunda imagen del salmo, “ilustra claramente la confianza serena del fiel, a pesar del abandono incluso de los padres”, explicó y pidió que estas palabras sirvan de consuelo a todos los ancianos, enfermos y los que viven en la soledad, “para que sientan la mano paterna y materna del Señor que toca silenciosamente y con amor sus rostros, quizá mojados por las lágrimas”.
El Papa señaló que el tercer y último elemento, que se repite varias veces en el salmo, es buscar el rostro del Señor.