REDACCION CENTRAL,
El Señor Jesús no fue el único que se le apareció a Santa Faustina Kowalska, sino que la Virgen María también visitó a la santa polaca en algunas ocasiones y le llevó mensajes sobre la Divina Misericordia.
En su diario, Sor Faustina contó que una vez comenzó a rezar una novena a la Madre de Dios –que consistía en nueve oraciones de la Salve Regina–, y al finalizar vio a "Ia Virgen con el Niño Jesús en los brazos" y a su confesor "que estaba arrodillado a sus pies y hablaba con Ella".
"No entendía de qué hablaba con la Virgen, porque estaba ocupada en hablar con el Niño Jesús que había bajado de los brazos de Ia Santísima Madre y se acercó a mí. No dejaba de admirar su belleza. Oí algunas palabras que la Virgen le decía, pero no oí todo. Las palabras son estas: Yo no soy sólo la Reina del Cielo, sino también Ia Madre de la Misericordia y tu Madre. En ese momento extendió Ia mano derecha en la que tenía el manto y cubrió al sacerdote. En ese instante Ia visión desapareció", contó la santa.
El 15 de agosto de 1934, mientras Santa Faustina oraba, la Virgen le dijo: "Hija mía, lo que te exijo es oración, oración y oración una vez más, por el mundo y especialmente por tu país. Durante nueve días recibe la Sagrada Comunión en expiación y únete estrechamente al Santo Sacrificio de la Misa. Durante estos nueve días estarás ante Dios como una ofrenda; siempre y en todas partes, en todo momento y lugar, de día o de noche, cada vez que te despiertes, ora en el espíritu".
Otra ocasión en la que Santa Faustina vio a la Virgen fue el 15 de agosto de 1935, según escribió en su diario.
Durante una Misa vio a la Santísima Virgen María que era "indeciblemente bella, que se acercó a mí del altar a mi reclinatorio y me abrazó y me dijo estas palabras: Soy Madre de todos gracias a la insondable misericordia de Dios. Más agradable para Mí es aquella alma que cumple fielmente la voluntad de Dios".