Con motivo de la celebración del Bautismo y Conversión de San Agustín, el P. Hans Zavala, sacerdote de la Orden de San Agustín y rector del Colegio Santa Rosa de Chosica (Perú), explicó qué nos enseña ese episodio de la vida del santo a los hombres de nuestro tiempo, marcados por la pérdida de sentido y valores, y cómo seguir su ejemplo frente a esos retos.
El P. Zavala destacó que "en la Iglesia solo se celebran dos conversiones": la de San Pablo y la de San Agustín, quien acogió el catolicismo "a los 32 años, ya adulto, a pesar de que desde muy temprana edad había sido educado en la fe católica".
San Agustín fue hombre que vivió en "una época muy parecida a la nuestra", en una sociedad decadente, relativista y sincretista "que tenía dioses a la carta" y donde los valores "se derrumbaban", dijo.
"Una sociedad aparentemente cristiana, pero que llevaba una religión más a su medida o cómoda, con tiranos, con guerras como las que tenemos hoy en día. Una sociedad donde no había verdad, donde todo dependía de la cultura, la época, y de alguna manera, de la comodidad de la gente, que se creaba un dios a su imagen", agregó.
En medio de este contexto, "la conversión de San Agustín enseña al hombre de hoy que, por más alejado que uno esté de la vida y amor de Dios, del verdadero sentido de la fe, siempre es posible regresar a Dios", pues "nunca es tarde para poder convertirse".
No obstante, recordó que esto solo será posible "si tenemos los ojos y oídos atentos a la Palabra de Dios, a la voz del Señor, que pasa y que puede pasar por la voz de un amigo, de una persona que se acerca a corregirte, de una madre y de tantas personas que pueden ir acompañándonos en nuestra vida".