El caso de Rosa Lalor, de 76 años, que fue arrestada y multada por la policía tras rezar en silencio al pasar por un centro de aborto en Inglaterra, ha generado polémica y la crítica de organizaciones internacionales, que expresan su preocupación por el hecho que un país democrático criminalice a los ciudadanos británicos que expresan su fe en público.
El 24 de febrero de 2021, Rosa Lalor salió de su casa en Liverpool (Inglaterra) para caminar y rezar en silencio, como casi todos los días durante el aislamiento por la pandemia. Ella estaba sola, socialmente distanciada, y utilizó mascarilla y auriculares durante su paseo.
En ese tiempo, el Gobierno de Reino Unido permitía y alentaba realizar caminatas a todos los ciudadanos que respetaban el distanciamiento social y las medidas de bioseguridad dispuestas contra el coronavirus.
Sin embargo, cuando Lalor pasó por un centro de aborto, que realizó 4040 abortos en 2020, fue detenida por agentes de la policía que la interrogaron y arrestaron. Luego, fue multada con 200 euros (250 dólares) por rezar en silencio en la vía pública, tras ser acusada de infringir las normas contra el COVID-19. Hoy, ella está en la Corte luchando contra esa multa.
En un artículo de National Catholic Register, el corresponsal KV Turkley explicó que la policía le preguntó a Lalor por qué estaba al aire libre y ella respondió que estaba "caminando y orando". Luego, la policía le dijo que no estaba rezando en un lugar de culto y no tenía una "excusa razonable" para estar al aire libre; y la acusó de que estaba fuera del centro de aborto para "protestar".
ADF UK, una organización de defensa legal basada en la fe y centrada en proteger las libertades fundamentales y promover la dignidad humana, está ayudando a Lalor en su lucha para garantizar que todas las personas tengan la capacidad de vivir libremente su fe en público.