ROMA,
Después de 16 siglos de permanecer separados, los restos de San Agustín de Hipona y San Ambrosio fueron reunidos este lunes en Milán, en una ceremonia que congregó a cientos de feligreses en el atrio de la Catedral.
Numerosos sacerdotes, religiosos y fieles se agolparon para recibir el sarcófago de metal que contiene los restos de San Agustín, trasladados desde la cercana ciudad de Pavia, donde habían permanecido desde el siglo VIII.
“Estamos aquí para revivir la reunión del incansable San Agustín con su maestro”, afirmó el Arzobispo de Milán, Cardenal Dionigi Tettamanzi. “Que sus cuerpos, presentes aquí, nos recuerden hoy a todos nuestra fe”, agregó.
El deán de la Catedral, Mons. Luigi Manganini, recordó que “Agustín fue un joven incansable, orientado a la cultura romana. Albergamos la esperanza de que su vida sirva de ejemplo a la juventud de hoy”.
Los restos de San Agustín, bautizado donde actualmente se alza la Catedral, descansarán al lado de los de Ambrosio hasta este fin de semana.
Agustín, Obispo de Hipona, es considerado el más grande de los Padres de Occidente por su decisiva influencia en el futuro del pensamiento teológico y filosófico de la Iglesia. Nacido en Tagaste, peregrinó por diversas corrientes de pensamiento y una vida disoluta hasta su conversión En el 383, conocedor de diversas corrientes filosóficas, viajaría a Italia, donde más tarde conocería a San Ambrosio, Arzobispo de Milán, quien influyó en el proceso que llevaría a su conversión en el 387.