Uno de los momentos más emocionantes del viaje apostólico del Papa Francisco a Malta, realizado entre el 2 y 3 de abril, fue el abrazo que el Pontífice dio a Daniel Jude Oukeguale, joven nigeriano que huyó de su país hacia Europa en búsqueda de un futuro mejor.
La última actividad del viaje papal fue el encuentro con los migrantes y refugiados en el Laboratorio de Paz Juan XXIII, centro que actualmente acoge a 55 migrantes en Hal Far y que fue fundado por el sacerdote franciscano Dionisio Mintoff hace más de 50 años.
Al llegar al centro, el Papa Francisco fue recibido por el delegado del arzobispo de Malta para la pastoral de los migrantes, P. Anton Damat; por el P. Mintoff, de 91 años; y por más de 160 migrantes y refugiados.
El conmovedor abrazo se dio después de que Daniel terminó de relatar al Papa Francisco, y a las más de 200 personas presentes, los sufrimientos y momentos traumáticos que vivió como migrante al intentar escapar varias veces hacia Malta.
Daniel relató que dejó Nigeria hace cinco años debido al conflicto en su país, y que vivió momentos trágicos junto a otros migrantes en sus varios intentos fallidos por cruzar el mar Mediterráneo en dirección a Europa.
Dijo que vio cuerpos humanos quemados en el desierto; que fue extorsionado en Libia y Túnez por traficantes que prometían llevarlo en barco a Europa, a cambio del dinero que recaudaba con esfuerzo trabajando como albañil y artista; y que fue encerrado en centros de detención en Libia y Túnez bajo condiciones que llevaron a muchos a la locura.