El Obispo de Sacramento (Estados Unidos), Mons. Jaime Soto, se solidarizó con las víctimas del tiroteo que ocurrió en la madrugada del domingo y del asesinato de una familia en febrero, que han devastado California en las últimas semanas, y llamó a los fieles a unirse para restaurar la esperanza y la paz.
En la madrugada del 3 de abril, un tiroteo entre la calle 9 y 13 de Sacramento dejó al menos seis muertos: tres hombres y tres mujeres, y 12 personas heridas que recibieron atención médica en diferentes hospitales locales.
Según la jefa de la policía de Sacramento, Katherine Lester, los efectivos escucharon los disparos cerca de las 2:00 a.m. en un área llena de bares y restaurantes en el centro de la ciudad. Precisó que ocurrió luego de una "gran pelea" cerca del Capitolio local y del pabellón Golden 1 Center, donde juega el equipo de baloncesto Sacramento Kings de la NBA.
El alcalde de Sacramento, Darrel Steinberg, dijo durante una conferencia de prensa que algunos de los hospitalizados estaban "seria y gravemente heridos". Además, señaló que "el aumento de la violencia armada es el flagelo de nuestra ciudad, estado y nación".
El tiroteo se suma a otra balacera ocurrida en Sacramento el 28 de febrero, cuando un hombre asesinó a balazos en una iglesia local a sus tres hijos y un acompañante, y luego se suicidó. Según el agente Scott Jones se trató de un episodio de violencia familiar.
El Obispo de Sacramento, Mons. Jaime Soto, lamentó el trágico tiroteo que dejó muertos y heridos y "la brutal violencia contra una familia inocente hace solo unas semanas".