El Obispado de San Ignacio (Bolivia) denunció que el exsacerdote Mateo Elvio Pinto Ríos se apropió de la iglesia San José de Chiquitos y continúa ejerciendo el ministerio sacerdotal, pese a la prohibición.
A través de un comunicado difundido el 29 de marzo, el Obispo de San Ignacio, Mons. Robert Flock, recordó que Pinto "fue suspendido del ministerio sacerdotal y removido del cargo de vicario parroquial de San José de Chiquitos" por decreto episcopal con fecha 8 de octubre de 2020.
El abogado del Obispado, Tito López, precisó al diario El Deber que Pinto se "autonombró párroco y comenzó a ejercer las funciones de éste, en desmedro de las facultades concedidas" al párroco, P. Gustavo Domínguez.
Entre las acciones cometidas por Pinto están la "manipulación de personas, firmas falsas, denuncias penales sin pruebas, calumnias y una campaña de desprestigio contra otros sacerdotes".
El 8 de febrero de 2022 la Santa Sede le impuso la dimisión del estado clerical, "prohibiéndole por completo el ejercicio del ministerio sacerdotal en la Iglesia Católica". La decisión del Vaticano es "suprema e inapelable", se informó.
Aún así el exsacerdote rechazó la dimisión del estado clerical con una carta notariada el 15 de marzo, lo que probaría el "'cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos' (Canon 751) a sus faltas gravísimas", explicó el Obispo de San Ignacio.