La Corte Suprema de los Estados Unidos concedió a un hombre condenado a la pena de muerte la posibilidad de recibir asistencia espiritual de su pastora durante su ejecución.
El 24 de marzo, tras una votación de 8 a 1, la Corte Suprema de los Estados Unidos falló a favor del pedido de John Henry Ramírez, un preso identificado como cristiano que fue condenado a muerte en el caso Ramirez vs. Collier.
Ramírez solicitó que su pastora Dana Moore, de la Segunda Iglesia Bautista en Corpus Christi (Texas), le "imponga las manos" y rece en voz alta mientras recibe la inyección letal.
Al inicio la justicia negó a Ramírez que su líder religiosa se acerque a él durante su ejecución, pero tras una batalla legal liderada por el bufete de abogados Becket, dedicado a la libertad religiosa, Ramírez podrá recibir asistencia espiritual.
Becket presentó un informe de amicus curiae en el que argumentó que el Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ) debe permitir a los presos el derecho a un acceso significativo del clero en sus últimos momentos de vida.
El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, dio el fallo con la participación de los jueces Stephen Breyer, Samuel Alito, Sonia Sotomayor, Elena Kagan, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett. Los jueces, especialmente Thomas, el único juez que disintió, se preocuparon por detallar el contexto del caso.