VATICANO,
El Papa Francisco ha presidido este viernes la ceremonia penitencial "24 horas para el Señor", un evento que ha concluido con la histórica consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María y en el que el Papa ha asegurado que "confesarse es dar al Padre la alegría de volver a levantarnos".
Según los datos ofrecidos por la Santa Sede, dentro de la Basílica de San Pedro se encontraban alrededor de 2.000 personas, y desde la Plaza de San Pedro unas 3.500 personas seguían la ceremonia.
En la confesión es Dios el que acude a nosotros
En la homilía de la ceremonia penitencial, coincidiendo con la Solemnidad de la Anunciación del Señor, el Santo Padre aseguró que "con demasiada frecuencia pensamos que la confesión consiste en presentarnos a Dios cabizbajos".
"Pero, para empezar, no somos nosotros los que volvemos al Señor; es Él quien viene a visitarnos, a colmarnos con su gracia, a llenarnos de su alegría. Confesarse es dar al Padre la alegría de volver a levantarnos", aseguró.
El Santo Padre animó así a redescubrir el don del perdón y a no descuidar el sacramento de la Reconciliación, el que definió como el "Sacramento de la alegría".