VATICANO,
El Cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), inauguró los trabajos de la sesión de primavera del Consejo Episcopal Permanente, con un discurso en el que defendió que ante la crisis de la pandemia y la guerra en Ucrania, "los creyentes están llamados a compartir la belleza de la vida humana habitada por el Espíritu del Señor".
"Nos reunimos mientras a las puertas de Europa una guerra devastadora siembra el terror, la muerte y la destrucción. Nuestro pensamiento está dirigido a las víctimas, a sus seres queridos y a todos los que se han visto obligados a abandonar sus hogares en busca de seguridad: unamos nuestra voz a la del Santo Padre", pidió el Cardenal.
A continuación, explicó que "la grave crisis internacional que vivimos por el conflicto de Ucrania, evoca en Europa el fantasma de un pasado que se creía definitivamente aislado".
"En cambio, las bombas, la destrucción, las muertes ucranianas y rusas, la devastación de estas últimas semanas nos han enfrentado a un peligro, una amenaza, siempre al acecho", lamentó el presidente de la CEI.
El Cardenal también aseguró que el número de desplazados irá aumentando con el tiempo y aseguró que "en un futuro próximo, si no cesan las hostilidades, registrará la llegada de personas aún más frágiles y pobres que las que ya han conseguido escapar".
"Por lo tanto -continuó el Cardenal- es impensable que los países fronterizos puedan sostener este esfuerzo humanitario por sí solos. Será necesario que la Unión Europea decida poner en marcha un verdadero plan de redistribución de los ciudadanos ucranianos en los distintos Estados miembros".