VATICANO,
"Soy hijo de un padre brutal y bestial. Un hombre del que he recibido durante toda mi vida, solamente puñetazos, patadas e insultos", con estas duras palabras comienza su testimonio el P. Massimo, un sacerdote italiano que solamente con la gracia y el amor de Dios fue capaz de perdonar a su padre.
El sacerdote compartió su testimonio durante el primero de los cinco encuentros organizados por la Diócesis de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán bajo el título "¿Qué hay de alegre en esta tierra maldita? Los novios, una novela de misericordia".
La niñez y adolescencia del sacerdote fue extremadamente dura. Relató que vivía con un padre que, además de golpearle, le amenazaba y le maltrataba psicológicamente, tanto a él como a su madre y sus hermanos.
Después de que su madre se escapara de casa debido a la violencia ejercida por su marido, de eso hace ya tres años, el P. Massimo decidió denunciar a su padre ante la policía.
"La palabra papá nunca ha significado nada para mí. Cuando hablaba con alguno de esta historia, lo veían como un calvario ordinario e incluso banal y decían que exageraba los hechos", dijo con valentía el sacerdote.
El P. Massimo confesó que no recordaba ningún día felíz en casa. "¿Qué cosa puede haber más horrible?", dijo ante los presentes con la voz entrecortada.