En el día de la fiesta litúrgica de Santo Cura Brochero, el Obispo de Cruz del Eje (Argentina), Mons. Ricardo Araya, alentó a los fieles a practicar la "alegría brocheriana".
Hasta Villa Cura Brochero, pueblo donde el sacerdote gaucho desarrolló su labor pastoral y evangelizadora, llegaron obispos, sacerdotes y fieles de Córdoba, Mendoza, Villa María, Villa de la Concepción del Río Cuarto, San Nicolás de los Arroyos, San Luis, entre otras diócesis.
En la Misa celebrada en el santuario de Nuestra Señora del Tránsito y Santo Cura Brochero, Mons. Araya expresó que "las alegrías de Brochero eran encontrarse con las personas". "'Mientras más condenado, borracho y ladrón, mejor', decía", recordó.
"¿Esas son las alegrías que tenemos nosotros? ¿Las de encontrarnos con los hermanos marginados, descartados, ninguneados, juzgados? ¿Esas son nuestras alegrías? ¿La Iglesia de hoy se alegra del encuentro con el condenado, borracho y ladrón? ¿Nuestra Diócesis de Cruz del Eje se alegra del condenado, borracho y ladrón o tiene otras alegrías mundanas, lejos del corazón de Brochero?", preguntó el Obispo.
En ese sentido, destacó que hasta el santo patrono del clero argentino llegan "gente de todas las condiciones sociales, edades, profesiones y trabajos. A Brochero viene mucha gente muy distinta. La inmensa mayoría son creyentes y católicos pero también se acercan otros hermanos", "una gran diversidad de personas que" hacen "experiencia de comunión".
"Hermanos y hermanas, esto es lo que configura un pueblo. Porque pueblo es una multitud de gente diferente, básicamente unida. Habría que decir que a Brochero viene de modo especial el pueblo sufrido de todos los tiempos", afirmó.