VATICANO,
Al comentar el Salmo 26 -“Confianza en Dios frente a los peligros”- durante la audiencia general de este miércoles, el Papa Juan Pablo II señaló que la oración es fuente de paz interior para el cristiano que vive en un mundo frecuentemente hostil.
El Santo Padre afirmó que el hilo conductor de este salmo que la Iglesia reza en la hora de Vísperas “es la confianza en Dios, tanto en el día de la alegría como en el tiempo del miedo”.
La primera parte del salmo, señaló, “está marcada por una gran serenidad, fundada en la confianza en Dios en el día tenebroso del asalto de los malvados”.
“La vida del creyente –continuó el Pontífice- está sometida con frecuencia a tensiones y contestaciones, a veces incluso a un rechazo y hasta a la persecución. El comportamiento del ser humano justo resulta incómodo porque es como una amonestación para los prepotentes y los perversos”.
El Papa recordó que “el fiel es consciente de que la coherencia crea aislamiento y provoca incluso desprecio y hostilidad en una sociedad que a menudo tiene como objetivo el provecho personal, el éxito exterior, la riqueza, el gozo desenfrenado”.
“Sin embargo –continuó-, no se siente solo y su corazón conserva una sorprendente paz interior, porque -como dice la espléndida ‘antífona’ de apertura del salmo- ‘el Señor es luz y salvación, es la defensa de la vida’ del justo”.