En el marco de la Cuaresma, con la vivencia penitencial del ayuno y la abstinencia, hay quienes se preguntan cómo pueden vivir estas prácticas los que nunca comen carne.
El canon 1250 del Código de Derecho Canónico, la ley de la Iglesia Católica, señala que “en la Iglesia Universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma”.
A continuación, el canon 1251 indica que “todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal”.
Además, precisa que “ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo”.
En las orientaciones a los fieles publicadas por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), se indica que los católicos deberían abstenerse los viernes “de todos los productos derivados de animales (excepto alimentos como gelatina, mantequilla, queso y huevos, que no tienen un sabor a carne)”.
Además de pescado, quienes normalmente comen carne podrían comer “anfibios, reptiles (animales de sangre fría) y mariscos de agua dulce y salada”.