VATICANO,
El suicidio asistido tiene la misma responsabilidad moral que la eutanasia", estas fueron las firmes declaraciones del Cardenal Willem Eijk, Arzobispo de Utrech (Países Bajos), respecto a la postura a favor de la legalización del suicidio asistido manifestada por dos miembros de la Pontificia Academia por la Vida.
En un articulo publicado en National Catholic Register, el Prelado se refirio al artículo que el sacerdote jesuita Carlo Casalone -profesor de Teología Moral en la Pontifica Universidad Gregoriana-, publicó en la revista jesuita La Civilta Cattolica en el que afirmó que "la legalización del suicidio asistido impediría la de la eutanasia".
El P. Casalone argumentó en su artículo que dar una "evaluación general negativa" a la legislación que pide la eutanasia voluntaria supondría el riesgo de "favorecer el referéndum" y su objetivo de legalizarla. Considerando así el suicidio asistido como "un mal menor".
El sacerdote sugirió invocar el principio de las llamadas "leyes imperfectas", según el cual, en algunos casos ha sido lícito que un político católico vote a favor de una ley que restrinja otra ya aprobada y que es contraria a la doctrina de la Iglesia.
Esta idea fue secundada por otro miembro de la Pontificia Academia para la Vida, la profesora de Ética en la Universidad de Estrasburgo, Marie-Jo Thiel, quien en un artículo publicado en el periódico francés Le Monde aseguró que la sugerencia del P. Carlo Casalone era "un signo de un cambio más amplio en la posición de la Iglesia".
Estas declaraciones fueron previas a la sentencia del Tribunal Constitucional italiano, que el 15 de febrero rechazó la celebración de un referéndum para legalizar la eutanasia ya que, según los jueces, sería algo "inadmisible" que no garantizaría "la protección mínima constitucionalmente necesaria de la vida humana, en general, y con especial referencia a los débiles y vulnerables".