El párroco y rector de Santa Rosa de Pelequén, P. Juan Carlos Farías, explicó que son más de mil metros cuadrados de construcción los que fueron afectados por el siniestro y que corresponden a una edificación que antiguamente albergaba la casa del párroco, las oficinas pastorales y un teatro abierto a la comunidad, pero que desde el 2010 habían sido habilitadas como oficinas.
El párroco comentó que cuando comenzó el incendio se celebraba un funeral al interior del santuario, pero se logró evacuar a los asistentes, sin que ninguno resultara herido.
El P. Farías también agradeció la solidaridad y el trabajo de los bomberos y del grupo de fieles que impidieron que el incendio avanzara.
"Hubo una solidaridad extraordinaria entre toda la gente que llegó a ayudar y rescatar los muebles que pusieron hacia los patios para evitar que se siniestraran", dijo.
Al lugar llegó también el Obispo de Rancagua, Mons. Guillermo Vera, quien destacó la acción de los voluntarios y motivó a la comunidad a organizarse para ayudar a reconstruir la parte del templo quemada, espacio donde se suele recibir a cientos de peregrinos durante el año.