En medio de esta dolorosa división, "que no se da siempre como la he descrito pero que tampoco se puede negar que existe, el Papa Benedicto XVI quiso proponer un camino de solución, en lo que atañe a la liturgia: facilitar la celebración legítima (siempre fue y es válida) de la Misa anterior a la reforma del Vaticano II (es decir, el Novus Ordo), de modo que se lograran dos cosas: que los tradicionalistas pudieran ver la mano extendida de la Iglesia que les acoge; y a la vez, que el latín, y en general la liturgia más tradicional, fueran parte viva de muchas comunidades católicas".
"Según la apreciación del Papa Francisco, que yo comparto, este intento no produjo el fruto deseado. Más bien fue favoreciendo la conformación de un número no pequeño de comunidades bastante aisladas del resto de la Iglesia ".
En opinión de Fray Nelson Medina, estos grupos pueden caracterizarse por una o varias de las siguientes características: "Escepticismo o expreso rechazo al conjunto del Concilio Vaticano II, difusión de la idea de que la 'auténtica' liturgia es solamente la que se celebra en latín y según el modo anterior al Vaticano II; menosprecio, indiferencia o desconfianza hacia toda investigación teológica o iniciativa pastoral que pertenezca a este último periodo de la Iglesia, es decir de 1965 en adelante; y una actitud bastante frecuente de arrogancia o superioridad en línea con la idea de que 'nosotros sí' conocemos la doctrina, somos fieles a ella y celebramos la fe como se debe".
Lo que siguió de este balance "hecho por el Papa Francisco fue el duro documento Traditionis Custodes (TC), que en la práctica limita, casi hasta el punto de la asfixia, las posibilidades de celebrar la fe católica según el uso anterior al Concilio. A la vez, y como consecuencia lógica, toma una actitud de distancia y casi diríamos de rechazo hacia la lengua latina".
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El documento Traditionis Custodes tiene como objetivo regular la celebración de la Misa en la forma extraordinaria o rito tridentino, es decir con el Misal de 1962.
Entre las principales disposiciones de este documento pontificio está que, en adelante, es el obispo quien autoriza la celebración de la Eucaristía con el Misal de 1962. Si el sacerdote que pide el permiso es ordenado luego de la publicación del motu proprio, entonces corresponde al Vaticano dar la autorización.
Se establece además que no se pueden crear nuevos grupos que celebren la Misa tridentina y que cualquier disposición que no se ajuste al motu proprio queda abolida.
Fray Nelson comenta que "TC no es (ni pretende ser) el capítulo último de esta historia; pienso además que a todos nos compete favorecer la unidad de fe, de caridad y de acción dentro de nuestra Iglesia".
En ese sentido, "creo con sencillez que es posible abrir caminos hacia otro enfoque, un modo distinto de abordar este conjunto de situaciones complejas", con lo cual ofrece su canal de TikTok con el Evangelio diario en latín que espera "sea para bien de todos y especialmente: sea para gloria de Dios".
Puede ingresar al canal de TikTok de Fray Nelson en este enlace https://www.tiktok.com/@fraynelson_oficial?lang=es