La Archidiócesis de Santiago de Compostela (España) expresó su cercanía a las familias de las víctimas del hundimiento del barco Vila de Pitanxo en las costas de Terranova (Canadá) el pasado 14 de febrero, y elevó oraciones por los fallecidos.
Este barco pesquero tenía su base en la localidad de Marín, Pontevedra (España) y llevaba una tripulación de 24 personas,. Hasta el momento solo tres han sido rescatadas con vida.
El Arzobispado de Santiago envió un comunicado en el que aseguró que encomienda "al buen Padre Dios y a su gran misericordia las vidas de estos hijos que han pagado con su vida el duro ejercicio de la noble profesión de las gentes del mar, a la vez que damos gracias a Dios por los que han sobrevivido".
Mons. Julián Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela, aseguró que ante este "nuevo sufrimiento en tiempos de crisis que empaña nuestras vidas y nuestra mirada, se clava de nuevo en el Crucificado".
Por eso, afirmó que "como en muchos otros momentos de las difíciles encrucijadas de la vida, pedimos consuelo y la fuerza que tuvo el Crucificado, para todas las familias de los náufragos, para que se recuperen de su dolor inmenso, que hoy lo hacemos también nuestro".
Además animó a "responder solidariamente con las familias de los afectados. Para ellos, pedimos la generosidad de todas las ayudas sociales pertinentes" y subrayó que "la vulnerabilidad de las gentes del mar, debe ser más atenta a la solicitud de la Iglesia y de la sociedad en su conjunto, para salvaguardar todos sus derechos".