VATICANO,
Como cada 8 de febrero celebramos la fiesta de San Jerónimo Emiliani, el patrono de los huérfanos y de los jóvenes abandonados.
Así, entre las numerosas obras de arte que han visto millones de fieles en la Basílica de San Pedro, el mayor templo de la cristiandad durante siglos, se encuentra la de San Jerónimo Emiliani.
A comienzos del siglo XVI, el militar de origen veneciano se dedicó a recoger a los miles de niños pobres que se habían quedado huérfanos debido a la epidemia de cólera.
San Jerónimo se encargó de alimentarlos y les acogió ofreciéndoles una educación. El santo fue pidiendo limosna de casa en casa para poder ayudar a estos niños y también a las mujeres de la calle.
Fue por esta razón por la que San Jerónimo se convirtió en el patrono de los huérfanos y los niños abandonados.