VATICANO,
Durante el rezo del Ángelus dominical este 6 de febrero, el Papa Francisco alentó a imitar al apóstol Pedro para abrir con generosidad las puertas de nuestra vida al Señor y anunciar el Evangelio al mundo.
Al comentar el pasaje del Evangelio de San Lucas en el que Jesús sube a la barca de San Pedro en las orillas del Mar de Galilea después de una mala noche de pesca, el Papa alentó a responder con confianza a Dios y a no dejarnos llevar por el desánimo.
"Lo mismo ocurre con nosotros: si acogemos al Señor en nuestra barca, podemos ir mar adentro. Con Jesús se navega por el mar de la vida sin miedo, sin ceder a la decepción cuando no se pesca nada, y sin ceder al 'no hay nada más que hacer'", advirtió.
En esta línea, el Santo Padre invitó a recordar que "Dios no quiere un crucero, le basta con una pobre barca 'destartalada', siempre que lo acojamos…" y añadió "eso sí, acogerlo, no interesa cuál barca, pero sí el acogerlo".
"Esto es lo que le gusta hacer al Señor, el Señor de las sorpresas, de los milagros en las sorpresas: subir a la barca de nuestra vida cuando no tenemos nada que ofrecerle; entrar en nuestros vacíos y llenarlos con su presencia; servirse de nuestra pobreza para proclamar su riqueza, de nuestras miserias para proclamar su misericordia", explicó el Papa.
De este modo, el Santo Padre animó a cuestionarnos: "¿Lo dejamos entrar en la barca de nuestras vidas? ¿Ponemos a su disposición lo poco que tenemos?" y señaló que "a veces nos sentimos indignos de Él porque somos pecadores. Pero esta es una excusa que no le gusta al Señor, porque lo aleja de nosotros".