VATICANO,
En la Misa de este 2 de febrero por la Fiesta de la Presentación del Señor y la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el Papa Francisco alentó a los consagrados y consagradas a renovar su entrega a Cristo con entusiasmo y fidelidad cada día, a la vez que les advirtió sobre el peligro del "virus del narcisismo o la obsesión de protagonismo".
"A veces, aun detrás de la apariencia de buenas obras, puede esconderse el virus del narcisismo o la obsesión de protagonismo. En otros casos, incluso cuando realizamos tantas actividades, nuestras comunidades religiosas parece que se mueven más por una repetición mecánica -hacer las cosas por costumbre, solo por hacerlas- que por el entusiasmo de entrar en comunión con el Espíritu Santo. Examinemos hoy nuestras motivaciones interiores, discernamos las mociones espirituales, porque la renovación de la vida consagrada pasa sobre todo por aquí", señaló el Papa.
Al comienzo de la Misa, el Santo Padre recordó que hace 40 días se celebró la Natividad del Señor y bendijo las velas que los fieles tenían encendidas, mientras que la Basílica de San Pedro estaba iluminada con una luz tenue.
Luego, el Papa caminó al Altar de la Cátedra en una breve procesión formada por religiosos y religiosas, así como por obispos y cardenales.