El Arzobispo de Bahía Blanca (Argentina), Mons. Carlos Azpiroz Costa, destacó que la Beata Laura Vicuña supo encarnar la Palabra de Dios y llenarla de sentido con la propia vida.
Al cumplirse 118 años de fallecimiento de la Beata Laura Vicuña, el 22 de enero, Mons. Azpiroz celebró una Misa en la capilla María Auxiliadora, de Bahía Blanca y recordó que la vida de la joven "está entre el amor y el dolor".
"La historia de su padre perseguido y muerto; de su madre; de Manuel Mora, esa rudeza, opresión, una verdadera esclavitud moral; la violencia contra la mujer, contra su madre y contra ella", describió.
"Todo esto la marca a fuego pero, por la rumia de la Palabra y su escucha, no deja que el resentimiento, el rencor o la revancha viva en su corazón generando más violencia. En lo oculto, como las cosas de Dios, llega a ofrecer la vida, tan joven como era, por su madre".
La Beata Laura Vicuña, señaló, supo "encarnar la Palabra y llenarla de sentido con la propia vida. Esto es lo que implica la seriedad de la Palabra. La Palabra ha de ser vivida con seriedad porque habla de cosas serias".
El Prelado indicó que la joven "alimenta ese amor tan profundo y sincero por Jesús y María. El querer darle un valor a su vida, traspasar el amor por el dolor".