Vicente descendía de una familia de cónsules romanos afincados en Huesca, y su madre, según se dice, fue hermana del mártir San Lorenzo. Su fecha de nacimiento no está bien determinada, pero debe de haber sido hacia la última parte del siglo III.
Estudió la carrera eclesiástica en Zaragoza junto al obispo Valero, quien lo nombró primer diácono. Tal nombramiento respondía a una curiosa razón; Valero era muy mal orador y Vicente muy bueno, así que el obispo encontró con creces a quien debía suplirle y exonerarlo de la sagrada cátedra.
La persecución
Los tiempos en los que vivió Vicente fueron los del emperador Diocleciano, por lo que sobran explicaciones sobre la hostilidad que se vivía contra los cristianos. Daciano era el encargado de ejecutar las órdenes imperiales en España.
Las cárceles, anteriormente reservadas para los delincuentes, estaban abarrotadas de presbíteros, diáconos e incluso obispos. Cuando Daciano llega a Zaragoza, manda detener al obispo Valero y a su diácono, Vicente, y los envía a Valencia.