La Iglesia Católica, con el fin de ayudar a los fieles a perseverar en su vida cristiana, ha asignado tradicionalmente a cada día de la semana un propósito de devoción especial.
La Enciclopedia Católica (EC) de ACI Prensa explica que “en todos los tiempos” el domingo estuvo dedicado al Señor.
El día lunes, indica la EC, a inicios de la Edad Media “estaba consagrado al culto especial del Hijo de Dios”, pero posteriormente se dedicó al Espíritu Santo “para implorar su asistencia al principiar las tareas de la semana”.
Actualmente, en “una devoción libre y voluntaria que la Iglesia aprueba sin prescribirla”, el lunes está destinado a la oración por las almas del Purgatorio.
El martes, señala la EC, “está generalmente consagrado al culto de los Santos Ángeles y en especial al Ángel custodio”.
El día miércoles, continúa, “es el día elegido por la devoción para honrar a San José, y alcanzar la gracia de una buena muerte”.