Como una preparación para el final de la vida terrena, los católicos tienen la posibilidad de recurrir a la oración del "Piadoso ejercicio para alcanzar una buena muerte".
El director de la Enciclopedia Católica, José Gálvez Krüger, explica que "el ejercicio consiste en ofrecer a Dios los méritos de las cinco llagas de Cristo para expiar y reparar nuestros pecados".
De esa forma, indicó, "a la vez que adoramos las llagas expiamos y reparamos nuestras malas obras (que son las manos), nuestros malos pasos (los pies), y nuestros afectos desordenados (el corazón)".
Gálvez Krüger resaltó que "toda la Pasión de Cristo es adorable. Podemos pedir favores al Cielo, e invocar misericordia, por todas y cada una de las Santas Llagas".
Esta oración presenta una práctica de humildad, aceptando "con todo mi corazón en el modo y forma que tu divina Majestad ha dispuesto" la muerte, así como "todos los dolores que la han de acompañar, los uno a los tormentos y a la muerte de Jesucristo, y te los ofrezco en satisfacción y penitencia de mis pecados".
"Amado Redentor mío, recíbeme entonces en tus llagas, puesto que yo desde ahora me abrazo a Ti, y protesto que quiero entregar mi alma en la llaga amorosa de tu sacratísimo costado", añade la oración.