Este sábado 1 de enero de 2022, el Papa Francisco presidió, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, la Misa por la Solemnidad de María Madre de Dios y la 55° Jornada Mundial de la Paz.
A continuación presentamos el texto completo de la homilía del Papa Francisco:
Los pastores encuentran a "María y José y el niño acostado en un pesebre" (Lc 2, 16). El pesebre es el signo gozoso para los pastores y la confirmación de cuanto escucharon del ángel, es el lugar donde encuentran al Salvador. Y es la prueba de que Dios está a su lado: nace en un pesebre, objeto para ellos bien conocido, demostrando así ser cercano y familiar.
Pero el pesebre es un signo gozoso también para nosotros: Jesús nos toca el corazón naciendo pequeño y pobre, nos infunde amor en lugar de temor. El pesebre nos anticipa que se hará comida por nosotros. Y su pobreza es una bella noticia para todos, especialmente para quienes están en los márgenes y para los rechazados, para quienes no cuentan para el mundo.
Dios viene allí: ¡no hay una vía preferencial, ni siquiera hay cuna! Esta es la belleza de verlo acostado en un pesebre.
Pero para María, la Santa Madre de Dios, no ha sido así. Ella ha debido sostener 'el escándalo del pesebre'. También ella, antes que los pastores, había recibido el anuncio de un ángel, que le había dicho palabras solemnes, hablándole del trono de David: "Concebirás a un hijo, darás a luz y lo llamarás Jesús. Será grande y será llamado Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre" (Lc 1, 31-32).