Santa Anisia, virgen y mártir, fue una joven que vivió entre el siglo III e inicios del IV. Nació en Salónica, Tesalia (Grecia) en el año 284.
Comunión de bienes
Siendo todavía muy joven, quedó huérfana de padre y madre, razón por la que repentinamente heredó una gran fortuna. Anisia, quien había abrazado la fe cristiana, dispuso de sus bienes de acuerdo a la caridad, y se dedicó a ayudar a la gente necesitada.
En aquellos tiempos, los cristianos compartían habitualmente sus posesiones con otros miembros de la Iglesia, o simplemente renunciaban a estas entregándoselas al obispo o diácono local.
Víctima de la persecución
En los días del gobernador Ducisio se desató una cruel persecución en Tesalónica. El objetivo una vez más era impedir que los cristianos se reúnan y celebren la sagrada eucaristía; o que se administren los sacramentos en general, particularmente el bautismo.