El P. Duarte Lara, sacerdote exorcista de la Diócesis de Lamego (Portugal), señaló que algunas supersticiones que muchas personas ponen en práctica para empezar el año, como comer uvas o vestirse de amarillo, como si de ello dependiera el futuro, no son acciones inocentes, sino que pueden ser “un pecado contra la virtud de la religión”.
En una entrevista a ACI Digital —agencia en portugués del grupo ACI—, el exorcista señaló que “el pecado de superstición es una especie de adulterio espiritual”, y advirtió que este daño proviene de esperar “la salvación de una fuerza que no viene de Dios”.
En ese sentido, resumió: “El diablo se aprovecha de la brecha”.
Por el contrario, el P. Lara recordó que hay maneras católicas de pasar Año Nuevo y que “la Iglesia da una indulgencia plenaria a todo creyente que reza el Te Deum el último día del año”.
“Esto es algo muy bueno que podemos hacer en la víspera de Año Nuevo, terminar el año dando gracias a Dios”, agregó.
El sacerdote indicó asimismo que “en nuestra cultura la superstición tiene una connotación menos importante que desde un punto de vista teológico. Para muchos, la superstición es incluso una tontería, algo que no tiene mucho sentido y que hacemos para la suerte”.