Santo Tomás Becket es uno de los santos que goza de más devoción en Europa. Sin embargo, durante su vida tuvo que dejar de lado muchos defectos para poder entregar su vida a Dios.
Entre otras cosas, Tomás Becket era arrogante, inflexible, combativo, según enumera una nota publicada en el National Catholic Register.
El artículo, firmado por el autor de libros sobre santos como "Saints Preserved: A Encyclopedia of Relics" (Santos preservados: Una enciclopedia de reliquias) y "101 Places to Pray Before You Die: A Roamin' Catholic's Guide" (101 lugares donde orar antes de morir: Guía de un católico itinerante), Thomas J. Craughwell, indica que el santo puede parecer "el menos atractivo" por sus defectos, ya que "era arrogante, inflexible, combativo y estaba convencido de que siempre tenía la razón".
"Sin embargo, a lo largo de la Edad Media Santo Tomás fue el santo inglés más popular en Inglaterra y tenía seguidores devotos en toda Europa. Uno puede encontrar evidencia de la veneración a Becket desde Sicilia hasta Islandia. ¿Cómo pasó esto? ¿Y cómo era él realmente? Creo que puedo responder a ambas preguntas", señala.
Craughwell recuerda que San Becket nació en Londres en 1118, en una familia acomodada con posibilidades para enviarlo a estudiar a una escuela a cargo del monasterio local y luego a la Universidad de París, "en ese momento la mejor universidad de Europa".
"Tomás estudió derecho civil y canónico y descubrió que tenía habilidades administrativas naturales. Cuando regresó a Inglaterra, llamó la atención de Teobaldo, Arzobispo de Canterbury, quien invitó al joven a unirse a su casa", agrega.