El Arzobispo de Yangon y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Myanmar, Cardenal Charles Maung Bo, condenó el atentado cometido el 24 de diciembre, víspera de Navidad, contra la aldea de Mo So, en Hpruso, y que ha dejado al menos 35 muertos.
El sábado 25 de diciembre, cuando se celebra el nacimiento de Jesús, fueron hallados decenas de cuerpos carbonizados dentro de vehículos destruidos en el Estado de Kayah, al sureste de la capital de Myanmar, Naipyidó.
El secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios y coordinador de la Ayuda de Emergencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Martin Griffiths, denunció la muerte de al menos 35 civiles y la desaparición de dos trabajadores de la organización Save the Children, luego del ataque a la localidad de Mo So, donde reside una comunidad cristiana.
Griffiths instó a las autoridades a que "inicien de inmediato una investigación exhaustiva y transparente sobre el incidente para que los autores del crimen puedan comparecer ante la justicia".
La oposición del Gobierno castrense indicó que el ataque contra la aldea fue llevado a cabo por tropas del Tatmadaw (Ejército de Myanmar) como parte de una "operación de limpieza étnica".