El Papa Francisco celebró este 24 de diciembre en la Basílica de San Pedro la Misa por la Solemnidad de la Natividad del Señor, en la que invitó a los fieles a pedir en Navidad a Jesús la gracia de la pequeñez, para comprender que ese "es el camino para la verdadera grandeza".
La Misa comenzó a las 7:30 p.m. (hora de Roma) con el tradicional canto de las calendas, que es la recapitulación de la espera universal por el nacimiento del Salvador. Al término de la entonación, el Santo Padre descubrió la imagen del Niño Jesús que se encuentra frente al altar, iniciando el tiempo de Navidad.
A diferencia de la celebración del 2020, este año asistieron a la basílica vaticana unas 1.500 personas, que siguieron las medidas sanitarias para evitar los contagios de coronavirus.
En su homilía, el Papa Francisco recordó que la señal que dio el ángel a los pastores fue que encontrarían a un niño envuelto en pañales, en un pesebre. "Eso es todo: un niño en la dura pobreza de un pesebre. No hay más luces, ni resplandores, ni coros de ángeles. Sólo un niño. Nada más, como había preanunciado Isaías: 'Un niño nos ha nacido'".
Esto, indicó, contrasta con la grandeza del emperador César Augusto que había ordenado un censo en todo el Imperio romano. "Allí está Dios, en la pequeñez. Y este es el mensaje: Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeñez", que fue el camino elegido para llegar a los hombres, salvarlos y reconducirlos "hacia lo que es realmente importante".