El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, recordó que este 25 de diciembre la Iglesia convoca a sus hijos a celebrar el nacimiento de Cristo y, por lo tanto, la noche previa es un momento "para la oración", el encuentro familiar, la fiesta y la alegría.
En una reciente carta, el obispo español explicó que la Nochebuena del 24 de diciembre es la "noche santa en la que la Iglesia convoca a todos sus hijos" para celebrar que "Dios Padre ha enviado a su Hijo al mundo, tomando carne del vientre virginal de María".
"Ha nacido Niño indefenso en un ambiente de pobreza y de marginación. Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron, no había lugar para ellos en la posada y María dio a luz en un establo, reclinando a su Hijo en las pajas de un pesebre. Allí faltó de todo, y hubo sobreabundancia de amor", expresó.
En Navidad se celebra "la cercanía de Dios al hombre". "No podíamos imaginar que Dios pudiera entrar tan adentro de la historia humana. Ha entrado haciéndose hombre, uno de nosotros, sometido a todas las limitaciones humanas, sin pecado. Ha pasado hambre y sed, frío y calor, ha sufrido la fatiga y el desgaste, ha experimentado la humillación y el desprecio, ha muerto por nosotros en la cruz y ha vencido la muerte resucitando. Todo comenzó en Belén, en una Nochebuena", afirmó.
En su carta, Mons. Fernández explicó que "al entrar en el mundo, el Hijo de Dios ha establecido una solidaridad inimaginable. Se ha unido de alguna manera con cada hombre. El misterio de su encarnación se prolonga en cada hombre. Cada hombre es imagen de Jesús, le representa. Y lo que hagamos a esa persona, 'a mí me lo hicisteis', nos dice el mismo Jesús".
En ese sentido, dijo que "a partir de la encarnación, la solidaridad humana no brota de nosotros por consensos adquiridos, sino que esa solidaridad la ha establecido él misteriosamente, y por eso es una solidaridad que hemos de trabajar para que aflore en las relaciones humanas".