Como ocurrió en agosto de este año, el Papa Francisco recibió este miércoles una llamada telefónica que le hizo interrumpir brevemente los saludos al final de la Audiencia General.
Cuando saludaba a varios sacerdotes y obispos en el Aula Pablo VI al final de la audiencia, uno de sus asistentes se acercó al Santo Padre con un teléfono móvil.
Con un gesto, el Papa Francisco le pidió al siguiente sacerdote que aguarde para poder atender la llamada.
El Santo Padre tomó el teléfono y conversó durante unos 30 segundos aproximadamente. No se sabe con quién ni sobre qué dialogó con la persona que lo llamó.
Algo similar ocurrió el pasado 11 de agosto, también al concluir la Audiencia General en el Aula Pablo VI, cuando conversó por teléfono durante unos dos minutos.
En esa ocasión el Santo Padre se retiró brevemente del aula y luego volvió para seguir con los saludos.