Estas palabras del Papa hicieron referencia a un discurso que pronunció en una reciente audiencia que concedió el pasado 10 de diciembre a las delegaciones que regalaron el árbol de navidad y el pesebre que están colocados en la Plaza San Pedro y en el Aula Pablo VI.
En aquella ocasión, el Santo Padre señaló que "el árbol y el pesebre nos introducen en el típico ambiente navideño que forma parte del patrimonio de nuestras comunidades: un ambiente de ternura, de compartir y de intimidad familiar".
"No vivamos una Navidad falsa, por favor, ¡una Navidad comercial! Dejémonos envolver por la cercanía de Dios, esa cercanía que es compasiva, que es tierna; envueltos por el ambiente navideño que el arte, la música, las canciones y las tradiciones traen a nuestros corazones", pidió entonces el Papa.
En esta línea, el Santo Padre invitó no dejar que la Navidad "se contamine con el consumismo y la indiferencia" porque "sus símbolos, especialmente el pesebre y el árbol decorado, nos devuelven a la certeza que llena de paz nuestros corazones, a la alegría de la Encarnación, al Dios que se hace familiar: vive con nosotros, da un ritmo de esperanza a nuestros días".
El árbol que está colocado al lado del pesebre en la Plaza San Pedro este año procede de Ándalo en el Trentino, lugar que forma parte de los Dolomitas de Paganella, al norte de Italia.