El Papa Francisco afirmó esta mañana, en el Aula Pablo VI del Vaticano, que "toda persona humana es preciosa, tiene un valor que no depende de lo que tiene ni de sus capacidades, sino del simple hecho de que es una persona, la imagen de Dios".
Así lo indicó el Santo Padre en la audiencia que concedió a los miembros del Instituto Seráfico de Asís, con motivo del 150 aniversario de su fundación. Esta obra promueve y desarrolla actividades de rehabilitación, psicoeducativas, y sanitarias para niños y jóvenes con discapacidad física e intelectual.
El Papa resaltó que "si la discapacidad o la enfermedad hacen la vida más difícil, esta no es menos digna de ser vivido y vivida en plenitud. Después de todo, ¿quién de nosotros no tiene límites y no se enfrenta, tarde o temprano, a limitaciones, incluso graves?".
"La vida siempre es hermosa, incluso con pocos recursos. A veces sabe sorprender. Sé que sus hijos pueden hacer muchas cosas convirtiéndose en pequeños artistas del teatro, la radio o la pintura. Su sonrisa compensa cualquier esfuerzo".
El Papa Francisco destacó luego que "es importante mirar a la persona con discapacidad como uno de nosotros, que debe estar al centro de nuestro cuidado y preocupación, y también al centro de la atención de todos y de la política. Es un objetivo de la civilidad. Al adoptar este principio, uno se da cuenta de que la persona con discapacidad no solo recibe, sino que da".
En ese sentido, el Pontífice subrayó que cuidar a las personas con discapacidad "no es un gesto unidireccional, sino un intercambio de dones. Los cristianos encontramos en el Evangelio del amor, pienso en la parábola del buen samaritano, una razón más para todo esto. Pero el principio es válido para todos, inscrito como está en la conciencia, lo que nos hace sentir nuestra condición de unidad entre todos los seres humanos".