VATICANO,
El Papa Francisco viajó este 5 de diciembre a la isla griega de Lesbos para visitar un centro de acogida donde viven miles de refugiados, y rezó para que el Señor "nos sacuda del individualismo", porque "la fe nos pide compasión y misericordia" con el que sufre.
"En este domingo, ruego a Dios que nos despierte del olvido de quien sufre, que nos sacuda del individualismo que excluye, que despierte los corazones sordos a las necesidades del prójimo. Y ruego también al hombre, a cada hombre: superemos la parálisis del miedo, la indiferencia que mata, el cínico desinterés que con guantes de seda condena a muerte a quienes están en los márgenes. Afrontemos desde su raíz al pensamiento dominante, que gira en torno al propio yo, a los propios egoísmos personales y nacionales, que se convierten en medida y criterio de todo", destacó el Santo Padre.
Esta histórica visita del Papa inició por la mañana cuando viajó en avión de Atenas al aeropuerto de Mitilene, en la isla de Lesbos. Luego se dirigió en coche al Centro de acogida e identificación de Mitilene, bajó del vehículo y caminó durante 20 minutos para saludar a numerosos refugiados, muchos de ellos, mujeres y niños.
Después el Santo Padre fue trasladado a una amplia tienda con vista al mar y a los numerosos contenedores en donde viven las más de dos mil personas que esperan recibir algún tipo de documento migratorio que les permita vivir en un país europeo.
Tras escuchar las palabras de la presidenta de Grecia, el saludo del Obispo local, los testimonios de un refugiado y de un voluntario, y las canciones entonadas por un coro formado principalmente por personas africanas, el Santo Padre pronunció su discurso.
"Hermanas, hermanos, estoy nuevamente aquí para encontrarme con ustedes; estoy aquí para decirles que estoy cerca de ustedes; para decirlo con el corazón, estoy aquí para ver sus rostros, para mirarlos a los ojos: ojos cargados de miedo y de esperanza, ojos que han visto la violencia y la pobreza, ojos surcados por demasiadas lágrimas", dijo el Papa.