VATICANO,
El Papa Francisco escuchó con atención el testimonio de una religiosa argentina misionera que aseguró estar dispuesta "a dar la vida por Grecia" y agradeció su misión en este país del Mediterráneo.
"Gracias, hermana, por su testimonio. Es importante que los religiosos y las religiosas vivan su servicio con este espíritu, con un amor apasionado que se hace don para la comunidad donde son enviados", indicó el Papa este 4 de diciembre en su discurso pronunciado en la Catedral de San Dionisio en Atenas durante su encuentro con la comunidad católica del país.
El nombre de la religiosa es María Virgen del Prado Bravo. Nació en la provincia de Santiago del Estero en Argentina en una familia católica y es la hija mayor de ocho hermanos.
La misionera relató que recibió el llamado de Dios para ser religiosa a los 14 años después de escuchar el testimonio de otra consagrada "con un pensamiento tan fuerte que no dude de que venía de Dios".
"Allí pensé que yo también podía hacer lo mismo, dejar todo y consagrarme a Dios para salvar las almas. Estaba segura que esto no se me había ocurrido, sino que venía de Dios y a Dios no le puedo decir que no, entonces eso me dio paz", señaló.
Luego, la consagrada describió que a los 18 años ingresó al noviciado de la rama femenina de la familia religiosa del Verbo encarnado del instituto servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, experiencia que calificó como "los años más felices de mi vida" porque "estaba feliz de poder hacer la voluntad de Dios".