Grupos extremistas islámicos en Mali, en África occidental, están atacando a los agricultores cristianos y musulmanes y destruyendo sus tierras, principal sustento alimentario de sus familias, como un mecanismo para someterlos y forzarlos a unirse a sus filas.
La fundación pontificia Ayuda a la iglesia Necesitada (ACN) denunció que el hambre sería la "nueva arma del yihadismo para someter a la población" en Mali, luego de que fuentes locales informaran que durante los últimos meses la situación de inseguridad en el país está en aumento a causa de grupos extremistas islámicos.
Los informantes, que decidieron permanecer en el anonimato "por motivos de seguridad", señalaron a ACN que esta problemática "afecta sobre todo a los campesinos", pues los yihadistas les impiden cosechar sus cultivos, principal sustento alimentario de sus familias.
Por ejemplo, reportaron que impiden a los campesinos cristianos y musulmanes transportar el arroz que colocan en sus vehículos de carga, y castigan a los que no obedecen quemando sus tierras de cultivo, e incluso corren el "peligro de ser asesinados".
Las fuentes locales afirmaron que el objetivo de los terroristas es usar "el hambre como arma para obligar a los campesinos a que acepten ser reclutados dentro de sus filas, o abandonar sus terrenos para que los extremistas los ocupen".
La fundación pontificia ACN, que recientemente inició un proyecto de asistencia, ayuda alimentaria y atención médica a desplazados y familias vulnerables en 12 localidades de la región de Segou, señaló que este lugar, ubicado en el centro de Mali, es el más afectado.