Dos religiosas ofrecieron su testimonio al Papa Francisco durante el encuentro de este jueves 2 de diciembre con sacerdotes, religiosos, catequistas y movimientos eclesiales en la Catedral maronita Nuestra Señora de las Gracias, en el que se relató la expulsión que sufrieron cuando Turquía invadió la isla en 1974.
Sor Antonia Piripitsi, franciscana misionera del Sagrado Corazón, dio la bienvenida al Papa Francisco a la isla "de San Bernabé y San Pablo y de tantos otros santos que contribuyeron a la evangelización del pueblo de Chipre".
Sor Antonia Piripitsi aseguró que uno de los puntos principales de acción de la Iglesia católica en Chipre es la educación de niños en necesidad, que se lleva a cabo todavía hoy a través de las tres escuelas católicas "que son un medio eficaz para testimoniar el amor de Dios e inculcar los valores humanos, cristianos y religiosos".
La religiosa explicó que las escuelas católicas de la isla de Chipre actualmente activas son el Terra Santa College, en Nicosia, que fue fundado en 1646, y que pertenece a los frailes franciscanos menores; la Escuela Santa María en Limassol, que en el año 2023 celebrará su centenario, y que pertenece a las Franciscanas misioneras del Sagrado Corazón; además de la Escuela elementaria de San Marone en Anthoupoli, a la que acuden principalmente alumnos cristianos maronitas.
"Tanto el Terra Santa College como la Escuela Santa María están abiertas a jóvenes de todas las etnias, mentalidad, cultura y religión", aseguró la religiosa.
Por eso destacó que las escuelas católicas son "lugares de encuentro verdaderamente ecuménicos, sin ninguna discriminación, donde se construyen puentes, los alumnos aprenden a respetar a los otros en su diversidad, a amar, a ayudarse a dialogar, a colaborar juntos para construir un futuro mejor, un futuro donde todos pueden vivir como hermanos y hermanas, sin distinción de raza, cultura, religión o lengua".