VATICANO,
El Papa Francisco destacó la importancia de que la Iglesia sea paciente y fraterna, que sea capaz de dialogar y debatir, pero que permanezca unida.
Así lo dijo el Santo Padre este 2 de diciembre durante el encuentro con los sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos, catequistas, asociaciones y movimientos eclesiales de Chipre que se llevó a cabo en la catedral maronita de Nuestra Señora de las Gracias, en la capital Nicosia.
El Papa llegó a la catedral en un coche cerrado y fue recibido por el patriarca de Antioquía de los Maronitas, el Cardenal Béchara Boutros Raï. Antes de entrar rezó brevemente ante una imagen de la Virgen María y bendijo con agua bendita a las personas que lo esperaban en la entrada.
Después del saludo del Cardenal Béchara Boutros Raï y de dos testimonios de religiosas, intercalados por cantos, el Santo Padre pronunció su primer discurso del viaje apostólico a Chipre y Grecia.
"Les agradezco lo que son y lo que hacen, la alegría con la que anuncian el Evangelio, las fatigas y renuncias con las que lo sostienen y lo hacen avanzar. Este es el camino trazado por los santos apóstoles Pablo y Bernabé. Les deseo que sean siempre una Iglesia paciente, que discierne, acompaña e integra; y una Iglesia fraterna, que hace espacio al otro, que discute, pero permanece unida", dijo el Papa.
En esta línea, el Santo Padre manifestó su alegría por "visitar esta tierra, caminando como peregrino tras las huellas del gran apóstol Bernabé, hijo de este pueblo, discípulo enamorado de Jesús, intrépido anunciador del Evangelio que, pasando por las nacientes comunidades cristianas, veía cómo actuaba la gracia de Dios y se alegraba de ello, exhortando a todos para que permanecieran unidos al Señor con firmeza de corazón".