ORLANDO,
Iván José Báez tenía 24 años de edad. Vivió las últimas dos décadas con un corazón atormentado y resentido por el abandono de su padre. Hace algunas semanas decidió ir al cine con su madre para ver La Pasión de Cristo, sin esperar que la película le devolviese la fe y ayudase a perdonar a su progenitor, justo a tiempo de partir a la Casa de Dios.
En una conmovedora carta dirigida a ACI Prensa desde su hogar en Orlando, Florida, la puertorriqueña María Zamora Echevarría, contó la historia de su hijo, el golpe de su súbita partida y la sorpresa de descubrir que murió en paz.
“Por más de 20 años vi a mi hijo Iván José, sufrir y llorar con rabia. Fue un hombre que tuvo que ser hijo, hermano y padre para cuidar de mí y sus dos hermanas menores. Su corazón vivía atormentado por el odio hacia su padre que abusó de nosotros y lo abandonó cuando él era solo un niño”, relata María.
Iván José fue bautizado católico y su madre se preocupó porque se formara en la fe, pero “se alejó completamente de la Iglesia y no quería hablar de eso”.
“Hace seis semanas, Iván José me comentó el esfuerzo de Mel Gibson por lanzar una película acerca de la pasión de Cristo. Decididos a apoyar a Mel Gibson y al Cristianismo fuimos al estreno de la película. Era la primera vez que íbamos juntos al cine en ocho años”, agrega.
Según su madre, “‘The Passion of the Christ’ nos estremeció, nos acercó a Jesús y María, pero sobretodo nos hizo reflexionar sobre el amor y perdón a nuestros enemigos”.